Semanal B-018

Durante el primer mes del año no encontramos ninguna canción nueva que nos mueva y, por un momento, nos asustamos. ¿Un mes es mucho o es poco? ¿Y si es mucho y ya nadie vuelve a hacer música que nos emocione? ¿Nos vamos a tener que limitar a escuchar grabaciones de hace 20, 30 o 40 años con voces que ya no están de un mundo que ya no es? ¿Es eso? ¿Por qué todas las notas en los diarios sobre música son sobre aniversarios de discos? ¿Se acabó, entonces? Ya sé que suena loco pero, ¿acaso no está todo cambiando tan rápido? ¿Y qué nos queda si ya no podemos conectar con las emociones de otro a través de sus canciones? ¿Cuál va a ser el soundtrack de nuestros pensamientos? ¿Y si a partir de ahora las melodías ya no nos abren nuevos mundos de sensaciones, ya no nos dicen nada sobre nosotros mismos y las letras ya no nos cuentan nada sobre los demás? ¿Nos vamos a limitar a mirar sus videos de microsegundos haciendo cosas graciosas? ¿A ver fotos de sus platos de comida? ¿A leer noticias sobre nuevas cepas, notas que no dicen nada una vez que le diste click al título? ¿Nos vamos a quedar absortos viendo los tuits graciosos de los billonarios de las compañías tecnológicas diciéndonos que compremos bitcoins, que nos sumemos a su revolución, mientras Kim Dotcom confiesa que su objetivo con las criptomonedas es que dejen de funcionar los gobiernos del mundo? Ok, la mayoría de ellos no nos gusta pero al menos tienen mecanismos para poder cambiarlos, reemplazarlos y mejorarlos, ¿no? Y si los billonarios de Silicon Valley alcanzan su sueño de vivir en un mundo sin regulaciones, sin nadie que les impida registrar todas nuestras actividades diarias segundo a segundo para predecir nuestros comportamientos y reconducirnos hacia los productos indicados, ¿qué va a ser de nosotros? ¿Con quién nos vamos a quejar si, al final, la que queda en pie es una sola empresa que lo tiene todo? ¿Con atención al cliente? ¿Y si le chupa un huevo? ¿Y la alternativa cuál es, un gobierno que lo vigile todo? ¿No hay un punto intermedio? ¿Puede un mes sin canciones que nos gustan preanunciar el fin de la transición y la llegada del futuro?  ¿No es exagerada nuestra reacción? Quizás es que nuestros métodos de búsqueda ya no funcionan. ¿Y si las nuevas canciones ya no llegan a nosotros? ¿Estarán todas en esa plataforma que no queremos visitar? ¿O estaremos pasando demasiado tiempo por día mirando pantallas y ya le perdimos el rastro a los nuevos rincones de donde surge todo? ¿Es que ya lograron modificar nuestras conductas sin que nos demos cuenta? ¿No ven que hay una horda en el Capitolio, sus mentes alimentadas durante cuatro o más años por posteos personalizados y dirigidos específicamente hacia ellos y para generar específicamente ese comportamiento, y que a cada minuto que se quedan ahí sube más el bitcoin? ¿Y si Satoshi N al final era White Rose o viceversa? Si dejo el celular en casa Google no sabe a dónde voy, ¿no? No, un mes no es mucho, un mes es poco. Tranquilo. No hay que tener miedo. Ahora ya es Febrero pero hoy escuchamos el nuevo de Sarah Mary Chadwick. Es de Nueva Zelanda y vive en Australia. En el disco está ella sola con su piano. Every loser needs a mother, ese tema me gustó. Ponelo de nuevo, y de nuevo, y de nuevo. No me canso de escucharlo. Y Tele Novella, esta banda de Lockhart, Texas me encanta. Es un pueblo re chiquito pero van por su cuarto disco, ¿por qué no la conocía? ¿Si voy a Austin puedo verlos tocando en vivo tomándome una cerveza? ¿Y después ir a ver las estrellas al desierto sobre el capot del auto? ¿Cómo hacen para componer? ¿Se juntan en una de esas casitas de madera descalzos a cantar sobre el amor? Me gustan estos dos temas. Pongámoslos. Ya está, con estas y las otras hay siete canciones nuevas que nos gustan. Subilo, tenemos un nuevo loop semanal. Por la ventana se ve la plaza. Está llena de gente. Les dijeron que se queden adentro pero están ahí, juntos, sin conocerse, conociéndose. Hacen gimnasia, leen, pasean con el perro, comparten el espacio y les gusta. Nunca vi tanta gente acá. Alguno seguro tiene una guitarra en su casa y quizás, en unos días, suba una canción nueva que nos guste.